martes, 17 de abril de 2007

Bizarro

sólo puedo decir que lo siento por las víctimas del ataque y por los ecuatorianos.

martes, 10 de abril de 2007

La arena en mis pies


El mar... para mí es algo misterioso, desconocido, interesante, infinito, impredecible. Muy pocas veces he estado en contacto con este mundo acuático así que nunca le he dado tanta importancia, al fin y al cabo nunca paso por ahí.. de hecho las condicones climáticas de las zonas costeras no son mi fuerte. Pero siempre he pensado que "algo" debe tener el mar y la playa, que hacen que "todo mundo" se sienta atraído.

En esta ocasión que tuve la experiencia de ir a la playa, lo encontré interesante. Llegar a un nuevo lugar, qué extraño que en 4 horas de camino las cosas puedan cambiar tanto, la gente, el ambiente, el sentimiento de pegajosidad en el cuerpo, la temperatura, los olores, el aire, la comida, los sonidos, la vegetación.

Lo más extraño, es que nosotros también cambiamos cuando estamos ahí; un sentimiento de valemadrismo comienza a apoderarse de nosotros, y no sólo en el aspecto emocional, incluso hasta en el aspecto de arreglo físico. El sol y el calor te atonta un poco y te desacelera, hace que hagas todo de manera más lenta. En fin es una sensación agradable y sin embargo sería insoportable en el ambiente cotidiano de la ciudad.

Mientras recorría las calles y corría por la orilla del mar (y comprobé que aguantas más al nivel del mar), me preguntaba si sería lo mismo si vivieras ahí, o si el hecho de ir con el pretexto de vacacionar y relajarte cambia todo. Como el ambiente de flojera me impidió seguir analizando la situación, mejor me dediqué a sentir la arena caliente, fría, húmeda, aspera o suave en mis pies.